Desde hace varios siglos se originó la tradición para festejar el arrullo del niño Jesús, tras su nacimiento cuarenta días antes, el 25 de Diciembre; también se celebra la pureza de la Virgen María. Durante el día de esta tradición se suele comer tamales, acompañados de atole. Pero ¿Qué hay más allá de esta costumbre? y ¿Cuál es la relación que existe entre el Niño Dios y porqué tamales? ¡Veamos!
Comenzaré por lo siguiente: Según los estudiosos de la Arqueología, los tamales tienen su origen desde 100 a. C. éstos desde entonces y a lo largo del paso del tiempo se han ofrecido en rituales, ofrendas, tumbas. Hoy su consumo se presenta en fiestas familiares y festividades principalmente.
En el México antiguo, las culturas Olmeca, Mexica y Maya se los ofrecían a los dioses; también era un platillo al que sólo accedían los Nobles y Sacerdotes, especialmente para hacer ayunos; pues la base de este alimento es el maíz, y para ellos esta semilla es la que crea al hombre; es por este motivo también que se le ofrece al Niño Dios este platillo.