El Olmedo celebra los 25 años con Diego y Frida

A partir del 7 de septiembre, Diego Rivera y Frida Kahlo se reencuentran en las salas de Arte Popular para festejar los 25 años del recinto que renovó la museografía de la colección permanente, además de ser la primera vez en la historia del museo que la obra de ambos artistas convive en las salas, ya que anteriormente se había exhibido por separado.

La nueva presentación museográfica de la colección permanente de este reciento que abrió sus puertas al público el 17 de septiembre de 1994, también incluye obras de Angelina Beloff y la exposición Frida –Mi vida–, de Renate Reichert, Adquirida en 1999. Además, se añaden al recorrido de la sala de Arte Popular la serie de catrinas de Moroleón, Guanajuato, y los Judas de Carmen Caballero.

Diego & Frida. 25 años en El Olmedo está integrada por 27 cuadros de Rivera y 20 de Kahlo, busca que el público redescubra la figura de cada artista, así como apreciar las sutiles coincidencias plásticas, incluso cuando aún no tenían relación alguna.

Al principio del recorrido, el visitante se encontrará con el Autorretrato con chambergo (1907), de Diego Rivera, y el Autorretrato con changuito (1945), de Frida Kahlo, para continuar con dos obras fundamentales para ambos creadores, ya que a partir de éstas se consideraron a sí mismos, y de manera formal, pintores: Retrato de Alicia Galant (1927) y El matemático (1917).

El público descubrirá varios retratos que ambos artistas realizaron de personas cercanas como Doña Rosita Murillo, pintada por Kahlo en 1944, y Alberto J. Pani, representado por Diego Rivera en 1920. Asimismo, se acercará a varias obras que mostrarán la técnica que cada uno trabajó.

Su paso por Estados Unidos, naturalezas muertas, la mexicanidad expresada en sus obras, así como el dolor que representó la imposibilidad de la maternidad para Frida Kahlo, son algunas de las temáticas que aguardarán a los espectadores.

También, como parte del discurso museográfico de El Olmedo y de los intereses que cultivaron Diego y Frida, se mantendrán en diálogo varias piezas de arte prehispánico. Es común encontrar figuras precolombinas en los trabajos de ambos, por ejemplo, en Mi nana y yo (1937), cuadro en el que Frida Kahlo representa una máscara prehispánica en el rostro de su niñera.

Por Bárbara Amador

Información y fotos cortesía MDO