Poktapok es el nombre del videojuego mexicano acerca del Juego de Pelota Mesoamericano que está diseñado para todos los dispositivos móviles, teléfonos inteligentes iPad, iPhone, iPod, tabletas, en las plataformas de iOS, Android y Windows. Actualmente, Locomoción 3D, empresa de Rochin, está desarrollando una versión para Xbox 360, que usará el sensor Kinect, de Microsoft, para darle vida a los personajes.
Es así que a partir de una investigación en el Posgrado de la Facultad de Arquitectura de la UNAM, se concluyó que el Juego de Pelota contenía información geográfica, matemática y geométrica sobre cómo se concebía el México antiguo.
Por lo cual, el arquitecto de la UNAM, Alfonso Enrique Arredondo señaló que la diversión, el entretenimiento y la tecnología pueden conjuntarse para utilizarse como herramientas didácticas para recrear y difundir este legado ancestral que es el Juego de Pelota mesoamericano.
El especialista explicó que, los edificios, conocidos como Tlachco, Ullama o Poktapok, eran los sitios donde se llevaba a cabo el ajuste o renovación de las cuentas numéricas que regían la vida y la muerte de las civilizaciones mesoamericanas, de acuerdo con Arredondo.
El arquitecto recreó, a modo de un juego de mesa interactivo, una maqueta inspirada en canchas prehispánicas, la cual está sostenida por tres pequeños bancos, como las máquinas flippers o pinball (juego de lanzamiento de pelotas por laberintos).
Sobre un tapete, el jugador en turno lanza una pelota hacia el centro de la mesa, donde se ubica un aro, en el cual debe pegar el esférico. En la cancha hay ocho personajes, cuatro de un color y el resto de otro, cuyos cuerpos están hechos con dados que llevan diversas cifras.
La idea es que el participante haga su lanzamiento con los codos, rodilla o caderas, y que la bola, en su trayecto, tire los “dados humanos” para dar puntos que se contabilizarán con banderas del color del personaje caído.
A semejanza del Juego de Pelota —el cual reproducía escenarios que en realidad no estaban sucediendo en el cosmos, pero se intuía o temía que pudieran acontecer—, Alfonso Enrique señaló que en el simulador lúdico el balón y su rebote representan la incertidumbre del suceso; el cálculo de los “puntos” significa lo contrario, ya que el usuario puede modificar los parámetros de las series numéricas, que llevan a la cuenta de los días en los calendarios agrícolas.
El objetivo es conducir al personaje del juego, Kotali, a sitios académicos, culturales y de entretenimiento. De esta manera el artefacto cumple con una función educativa y preservadora del conocimiento matemático que practicaban diversas culturas en Mesoamérica, concluyó el arquitecto de la UNAM.
Roberto Rochin, cineasta, ideó el videojuego Poktapok: juego de pelota interactivo, con el cual recrea este ritual antiguo en un nivel cotidiano y popular, a través de teléfonos inteligentes, tabletas, pc y demás dispositivos móviles tecnológicos. Explicó que, a partir de investigaciones exhaustivas para realizar su película Ulama: el juego de la vida y la muerte (1986), pudo concebir el juego con una fidelidad muy aproximada.
El cineasta afirmó que en la actualidad es posible restablecer un puente entre el juego y la cultura utilizando los medios digitales, en especial los dispositivos móviles y las computadoras. “Poktapok: juego de pelota interactivo es una entrada al conocimiento de las culturas prehispánicas”.
Hay tres tipos distintos de este juego: el rápido (uno contra la máquina), el torneo (contra otros competidores que selecciona el dispositivo) y el campeonato (por puntos). Se puede escoger entre 12 personajes para que compitan en ocho canchas distintas, basadas en sitios reales.
“La pelota debe mantenerse en movimiento, pasando de lado a lado de la cancha y también por los aros, que están colocados transversalmente; al lograrlo se obtienen puntos extras”. El puntaje se juega a ocho rayas o puntos. La labor creativa corrió a cargo de un equipo de 30 personas: diseñadores, animadores, arqueólogos, arquitectos, entre otros, quienes se basaron en campos de juegos de Yucatán, Veracruz y Estado de México, por citar algunos.
Los personajes retoman rasgos de seres míticos representados en códices y vestigios arqueológicos; un ejemplo es Zotz (inspirado en el hombre-murciélago maya) o Tláloc, representación del agua divinizada entre los mexicas.
Por Bárbara Amador
Información y fotos cortesía INAH